Hoy venía yo pensando cuán importante es la primera vez que te paras a ver un escaparate en plena calle por tu propia iniciativa. Porque sí, es verdad que desde muy pequeños nos paramos en los escaparates cuando vas con tu madre, con tus amigos, pero no puede ser lo mismo que cuando te paras tú solo y, de hecho, no lo es: es una manera de definirse.
Es ilógico que en un mundo donde lo que más importa son los resultados, todo sea cuestión de principios. Aunque bien pensado, quizás no lo sea tanto, al fin y al cabo lo que bien empieza, bien acaba o viceversa.
Por otra parte, a pesar de tener un gran recuerdo de mi abuelo, son las pastillas Juanolas las que más y mejor lo homenajean en mi memoria. Cuando me veía, siempre hacía lo mismo: meneaba la cajita roja en tanto las pastillas hacían su típico «chis-chas-chis-chas» y yo ponía la mano, pedigüeño, a la espera de un par de ellas. Luego estaba el sabor y los dientes negros.
Yo tengo una abuela de esas de las Juanolas y las perlas suizas y yo que sé qué inventos dulces para enchiribitar los ojos de los nietos… menudas son 🙂
Me gustaMe gusta
Por desgracia este abuelo murió hace un par de años, si no me equivoco. He olvidado ese tipo de fechas. Un día hablaré de él, todo un personaje.
Me gustaMe gusta
En septiembre de 2000, julio.Yo tambien me acuerdo de las juanolas que nos daba.Esta muy bien tu blog.Tu primo.
Me gustaMe gusta