El modelo SIR fue propuesto por Kermack y McKendrick (1927, 1933). Bajo este modelo, cada individuo de una población (en un principio, homogénea) va pasando por tres compartimentos: susceptibles, infectados y recuperados.
La curva de los infectados (en rojo) en LA CURVA.
Del coeficiente de transmisión, a grosso modo, a cuántos contagia cada uno de los infectados, depende el apuntamiento de la curva.
Cuanto más alto sea dicho coeficiente, más explosiva es la enfermedad.
Cuanto más alta sea la curva roja en el instante t, más contagiados habrá en t.
Piénsalo bien: el coeficiente de transmisión está en nuestras manos. Si seguimos saliendo, si tratamos de hacer como si nada, más cómplices seremos de ese bicho infame.
Nuestro sistema sanitario tiene una capacidad. Cuando el número de enfermos la supera, el desastre está asegurado.
Ahora bien, si nos quedamos en casa, estamos haciendo que el coeficiente de transmisión disminuya. Y mira lo que ocurre en ese caso. Entre todos conseguiremos que EL PICO sea lo suficientemente bajo para que nuestra sanidad sea capaz de atendernos a todos cuando sea necesario.
Es obvio que el modelo es mucho más complicado que esto, pero el estudio de las epidemias nace de estas simples observaciones. No hay truco.
Si nuestro sistema sanitario es capaz de atender a todos los enfermos/as, aumentaremos también el coeficiente (o tasa) de recuperación que mide cómo de rápido nos recuperamos. Observa qué ocurre entonces.
El personal sanitario está en serio riesgo. Nuestros mayores, las personas que más han luchado por nosotros, están en serio riesgo. Seamos maduros y responsables para con nuestro país. Necesitamos un poco de esperanza. Pon de tu parte.
#QuédateEnCasa
Los gifs han sido realizados usando @Geogebra y las consideraciones que se exponen en el canal @Numberphile: