Déjame ser, déjame estar en el borde del camino.
No hagas de mí un lugar-silencio: háblame, escúchame.
Déjame los ojos, esponjas de colores, déjame la luz.
Déjame el murmullo de las olas, la playa, los castillos de arena.
Quiero vivir, aquí, allí, en todos sitios.
Quiero vivir el día de mañana, la tarde de mañana, la noche de mañana.
No me des la espalda, no hagas de mí un lugar-vacío: créeme, piénsame.
Déjame las manos, suaves, las caricias, el amor.
Déjame tiempo por delante.
Quiero ser, quiero estar en el borde del camino: perpetúame, permanéceme.
Pero si me tengo que marchar, no me olvides tan pronto, recuérdame, déjame ser,
porque estoy casi muerto y yo quiero vivir, vivir, vivir.
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